Señor yo quiero
llevar fruto para ti
que mi vida no sea
quemada por la necedad
de buscar donde tu no estás.

Que no me llene de razones
y me aleje de ti
que mi corazón no anhele
vanidades
ni tesoros "podridos".

Ayudame
como siempre has hecho
a resurgir del polvo
de la torpe caida
no permitas que estancada
pueda quedar mi vida

Atráeme hacia ti
porque donde tu habitas
no es posible la miseria
ni el conformismo
ni ser vencida.

Diciembre 1992

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